CARLOS CARANDE: la cocina es amor, creatividad, respeto e innovación.
Nacido en Madrid, Carlos es un joven chef con especial apego a la sierra madrileña donde ha pasado gran parte de su vida. Sus recuerdos de infancia van ligados a la cocina de su madre y sus abuelas, junto a las que aprendió a cocinar desde niño.
Una parte importante de su formación le viene de las distintas cocinas y sabores que ha conocido durante sus viajes y que han influido notablemente en su cocina, especialmente la gastronomía japonesa, adonde trata de viajar una vez al año. De Japón utiliza una parte importante de los ingredientes de sus recetas, además de numerosas técnicas.
“Creo que ese conocimiento y criterio me han dado la capacidad de crear. Para mí la cocina es amor, creatividad, respeto e innovación”.
Creciendo en una familia de economistas, fue normal que comenzara a formarse en Administración y Dirección de Empresas con Relaciones Internacionales, pero durante su año de Erasmus en Viena se dio cuenta de que lo que quería era convertirse en chef. Así que al término de su licenciatura ingresó en Cordon Bleu Madrid, donde se graduó con el Grand Diplôme de Cocina y Pastelería.
Tras realizar sus prácticas en DSTAGE, se fue a San Sebastián para trabajar en el restaurante Zuberoa con el chef Hilario Arbelaitz, al que considera su auténtico maestro.
“Hilario me enseñó entre otras cosas el respeto al cliente, que en muchas ocasiones espera meses para conseguir una mesa, y me inculcó que la perfección es nuestro deber”.
Tras unos meses en cocina logró la confianza de Hilario, quien le permitió liderar equipos y le enseñó a gestionar el funcionamiento de una cocina profesional.
“Lo más importante que aprendí en Zuberoa fue aplicar las mejores técnicas culinarias a los mejores productos, lo que ha sentado las bases de mi cocina.”
De su cocina destaca la creatividad de sus platos, una técnica exquisita y un talento innato para el emplatado, haciendo de cada receta una pequeña obra de arte efímera.
En el día a día Carlos es exigente, serio, perfeccionista y resolutivo. Su objetivo es seguir aprendiendo y evolucionando con su cocina sin perder sus fundamentos:
Respeto al cliente y al producto.